En el corazón del SoHo neoyorquino, una instalación itinerante llamada Algorithmic Perfumery está cambiando la forma en que concebimos las fragancias. Esta máquina, desarrollada por la startup neerlandesa ScenTronix, combina inteligencia artificial (IA), diseño sensorial y participación del usuario para crear perfumes personalizados a partir de un cuestionario emocional.
Frederik Duerinck, artista de nuevos medios y fundador de ScenTronix, y Anahita Mekanik, perfumista y co-creadora del proyecto, buscan democratizar el acceso a la creación de fragancias. “Queremos que las personas tengan agencia en el proceso creativo”, afirma Mekanik.
La máquina, que Duerinck describe como una ‘impresora de perfumes’, ya ha sido instalada en ferias de diseño, festivales de arte y museos como el Museo del Futuro en Dubái y una tienda en Oxford Street, Londres.
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Cómo funciona Algorithmic Perfumery
- Ubicada temporalmente en el espacio de bienestar 113 Spring, la máquina recibe al visitante con una interfaz futurista: acero inoxidable, dispensadores de cristal y una cinta transportadora que llena frascos con mezclas únicas.
- Tras responder 20 preguntas sobre estilo, emociones y preferencias sensoriales, tres algoritmos procesan los datos para generar cinco perfumes distintos.
- Cada uno se puede ajustar en tiempo real, modificando proporciones de ingredientes como bergamota, flor de manzano o notas llamadas ‘rubor’ y ‘puro’.
- Aunque el precio de la sesión (95 dólares) apunta a un público premium, la experiencia ofrece algo más que un producto: una conexión emocional con el olfato.
- Con más de 190.000 usuarios hasta la fecha, el sistema mejora gracias al aprendizaje automático.
- El 43% de quienes dejan reseñas califican al menos una fragancia con 93/100 o más. Sin embargo, solo el 8% ha solicitado recargas, lo que sugiere que la experiencia sigue siendo más exploratoria que funcional.
Foto: ScenTronix.