Así es el interfaz cerebro-computador de Stanford que traduce el pensamiento en palabras

Soramir Torres

, CIENCIA

Investigadores de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, desarrollaron un interfaz cerebro-computador (BCI, por sus siglas en inglés) capaz de traducir el habla interna —es decir, palabras pensadas pero no pronunciadas— directamente en lenguaje hablado. 

Erin Kunz, neurocientífica de Stanford y autora principal del estudio, explicó al Financial Times que esta tecnología podría hacer que la comunicación sea ‘más fácil y natural’ para personas con discapacidades motoras profundas. 

Por su parte, Frank Willett, profesor asistente de neurocirugía en Stanford, agregó que decodificar directamente el habla interna podría evitar el agotamiento físico y las vocalizaciones involuntarias que enfrentan muchos pacientes.

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Cómo funciona el interfaz cerebro-computador de Stanford

  • El estudio, publicado en la revista científica Cell, involucró a cuatro participantes con parálisis grave causada por condiciones como esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y accidentes cerebrovasculares del tronco encefálico. 
  • A cada uno se le implantaron microelectrodos en la corteza motora del habla, la región cerebral que normalmente controla los movimientos necesarios para hablar.
  • A diferencia de sistemas anteriores que requerían intentos físicos de vocalización, esta interfaz puede decodificar directamente la actividad cerebral asociada con el pensamiento de palabras. 
  • Los investigadores entrenaron modelos de aprendizaje automático para identificar patrones neuronales vinculados a fonemas —las unidades mínimas del sonido hablado— y luego reconstruir palabras y frases en tiempo real.
  • El sistema logró una precisión de hasta el 74% en la decodificación del habla imaginada, una cifra notable considerando que las señales cerebrales en estos casos son más débiles que las generadas al intentar hablar.
  • El equipo también identificó riesgos de privacidad. En algunos casos, el sistema detectó palabras no intencionadas, como números contados durante tareas visuales. Para mitigar esto, los investigadores desarrollaron un ‘bloqueo mental’ activado por una contraseña imaginaria —en este caso, la frase ‘chitty chitty bang bang’— que desactiva el decodificador. En pruebas, esta técnica bloqueó la decodificación no deseada el 98% de las veces.

Foto: Paul ( PWLPL) en Pixabay.

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