Mientras las misiones actuales de la Nasa cuentan con soporte médico en tiempo real, evacuaciones posibles y acceso a suministros, una misión a Marte —con meses de aislamiento y comunicación limitada— exige soluciones radicales. Una de ellas es el desarrollo de un médico digital basado en inteligencia artificial (IA), capaz de asistir en diagnósticos y tratamientos sin intervención humana directa.
La Nasa, en colaboración con Google, está desarrollando el Crew Medical Officer Digital Assistant (CMO-DA), un sistema de IA diseñado para apoyar a los astronautas en situaciones médicas críticas durante misiones de larga duración. Este asistente puede procesar voz, texto e imágenes, y está alojado en la plataforma Vertex AI de Google Cloud.
El sistema guía a los astronautas en la recolección de datos clínicos, realiza evaluaciones diagnósticas y sugiere tratamientos. En pruebas simuladas, logró una precisión del 88% en lesiones de tobillo, 80% en dolor de oído y 74% en dolor abdominal. Aunque no infalible, estos resultados muestran un potencial significativo para entornos donde no hay médicos disponibles.
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El Asistente Médico Digital de la Nasa: beneficios y riesgos
- La IA médica no es nueva, pero su aplicación en entornos extremos como Marte plantea interrogantes éticos y técnicos.
- Según el Journal of Medical Internet Research, los principales riesgos incluyen:
- Sesgos en los datos: muchos modelos se entrenan con información centrada en hombres blancos, lo que puede afectar la precisión en mujeres y minorías.
- Privacidad y seguridad: el manejo de datos médicos sensibles en entornos cerrados requiere protocolos robustos.
- Responsabilidad legal: si una decisión de IA causa daño, ¿quién responde? ¿El astronauta, el desarrollador o el sistema?
- La Nasa ha establecido principios de IA confiable para mitigar estos riesgos, priorizando la transparencia, la precisión científica y la protección del paciente.
- El proyecto CMO-DA forma parte de la hoja de ruta hacia las misiones Artemis y, eventualmente, la llegada humana a Marte en la década de 2030. La IA no busca reemplazar al médico humano, sino extender sus capacidades en entornos donde la intervención directa es imposible.
- El sistema también está diseñado para integrarse con dispositivos biomédicos que monitorean en tiempo real variables como presión arterial, frecuencia cardíaca y niveles de oxígeno.
Foto: Igor Omilaev en Unsplash.