Un nuevo hito en la robótica ha sido alcanzado por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH Zürich), quienes han desarrollado un robot cuadrúpedo capaz de jugar al bádminton contra humanos. Este avance demuestra la creciente capacidad de los robots para realizar tareas dinámicas y coordinadas en entornos deportivos.
El robot, llamado ANYmal-D, está equipado con una cámara estéreo para la percepción visual y un brazo dinámico que le permite manejar una raqueta de bádminton. Gracias a un sistema de aprendizaje por refuerzo, el robot puede predecir la trayectoria del volante y moverse estratégicamente por la cancha para interceptarlo y devolverlo con éxito.
En su investigación, los expertos de EHT Zúrich probaron el juego del robot contra humanos y descubrieron que la máquina podía moverse por la pista para devolver golpes a diferentes velocidades y ángulos.
Además, podía ponerse de pie sobre sus patas traseras para mantener el volante a la vista mientras se preparaba para mover el brazo, pero daba prioridad a su propia seguridad mientras se movía para asegurarse de no caerse.
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Un robot con coordinación y movilidad avanzada
- Uno de los mayores desafíos en la robótica deportiva es la integración de la percepción con la locomoción rápida y los movimientos precisos. Para superar estas barreras, los investigadores de ETH Zürich desarrollaron un sistema que permite coordinar la percepción con los movimientos del cuerpo superior e inferior del robot.
- El entrenamiento del robot incluyó la capacidad de seguir el volante con la mirada, ajustar su posición en la cancha y regresar al centro después de cada golpe, imitando el comportamiento de un jugador humano.
- En pruebas realizadas contra jugadores aficionados, ANYmal-D logró intercambios de hasta 10 golpes consecutivos, demostrando su capacidad para reaccionar y adaptarse en tiempo real.
- Este avance no solo abre la puerta a la participación de robots en deportes recreativos, sino que también ofrece aplicaciones potenciales en otras áreas donde la movilidad y la coordinación son esenciales.
Foto: ETH Zúrich.