La lentitud del Wi-Fi puede arruinar tu productividad, especialmente durante reuniones o tareas urgentes. Muchas veces, la causa principal es algo tan simple como una ubicación inadecuada del router o interferencias en el entorno.
Los materiales de construcción y la cantidad de dispositivos conectados también juegan un papel clave en la calidad de la señal. Un firmware desactualizado o una red saturada pueden reducir drásticamente las velocidades. Expertos recomiendan cambiar configuraciones básicas antes de optar por un reemplazo costoso.
Si bien muchas personas ignoran detalles como la banda de frecuencia o los canales de transmisión, estas opciones impactan directamente en la experiencia diaria. Por eso, aprender a gestionarlas marca la diferencia para disfrutar de una conexión estable.
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Cómo puedes mejorar tu Wi-Fi
- Coloca el router en un lugar central y alejado de metales, espejos o bloques de hormigón.
- Cambia la banda de 2,4 GHz a 5 GHz o 6 GHz si tu dispositivo lo permite; ofrece mayor velocidad y menos congestión.
- Usa aplicaciones como Analizador de Wi-Fi para identificar canales menos saturados y ajustarlos en la configuración del router.
- Mantén actualizado el firmware del router para mejorar rendimiento y seguridad frente a vulnerabilidades.
- Considera instalar un sistema Wi-Fi en malla para cubrir toda la casa sin zonas muertas.
- Banda de 2,4 GHz: hasta 100 Mbps, ideal para áreas amplias pero propensa a interferencias.
- Banda de 5 GHz: soporta hasta 1 Gbps, mejor para velocidades rápidas dentro de espacios pequeños.
- Banda de 6 GHz: alcanza hasta 2 Gbps, recomendada para conexiones ultrarrápidas con menor rango.
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