Tecnología verde: ecosistemas innovadores que podrían cambiar el mundo

El 2024 promete ser el año donde la tecnología se convertirá en una herramienta que ayude a las empresas a reducir su impacto en el medio ambiente ¿Cómo? A través de la tecnología verde. Es por esto que constituyen un punto vital dentro de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

La tecnología verde es aquella que se utiliza para producir bienes y servicios con menores emisiones de carbono, dice la ONU. Las mismas generan grandes impactos ambientales, como el incremento del nivel del mar, tormentas más intensas y el aumento de sequías.

Por ejemplo, 75% del total de las emisiones globales de efecto invernadero fueron generadas por el carbón, petróleo y gas; además de, atención, casi el 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono. 

Gracias a las tecnologías verdes podríamos reducir este tipo de emisiones, conservar y preservar los recursos naturales del planeta y minimizar la generación de residuos y emisiones contaminantes. A continuación te traemos algunos ejemplos de cómo la tecnología verde podría ayudar a reducir el cambio climático.

CONOCIENDO LAS TECNOLOGÍAS VERDES:

Tecnología verde que podrían cambiar el mundo

1.- Agricultura vertical. 

Esta tecnología se puede integrar de manera muy sencilla en edificios y ciudades, así como en contenedores de transporte. Un ejemplo es la gigantesca granja interior ECO 1, fabricada por las empresas Crop One Holding y Emirates Fight Catering, en Abu Dabi. Se dice que usará un 95% menos de agua, si la comparamos con la agricultura convencional, y garantizará una producción de tres toneladas de verduras por día.

2.- Captura de carbono.

Se trata de grandes instalaciones que absorben dióxido de carbono y luego lo almacenan bajo tierra, donde se convierten en piedra. Actualmente, Islandia alberga la planta de captura directa de aire Orca, la más grande del mundo: puede atrapar alrededor de 4.000 toneladas de dióxido de carbono al año.

3.- Edificios ecológicos.

Estas construcciones están diseñadas y construidas para que sean autosuficientes, desde la producción de energía hasta su sistema de agua. Además, estos edificios poseen ventanas con aislamiento adecuado para reducir la pérdida de calor. 

4.- Carreteras de plástico.

Las carreteras de plástico aparecieron por primera vez en India hace 20 años y ya se están probando en cada vez más regiones. En el país asiático hay ya más de 95.000 km de este tipo de vías que son igual de eficientes que las tradicionales. De hecho, una serie de estudios indica que incluso pueden ser mejores.

Por ejemplo, en Holanda, se construyó dos tramos de 30 metros de vía para bicicletas en las ciudades de Zwolle y Giethoorn. Se trata del primer carril bici de plástico reciclado del mundo.

5. Energías renovables.

Estas fuentes de energía, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, aprovechan los recursos naturales de manera sostenible y no generan emisiones de gases contaminantes.

Por ejemplo, a través de paneles solares se puede transformar la luz solar en electricidad. De manera similar, la energía eólica utiliza aerogeneradores para convertir la energía del viento en electricidad.

6. Transporte sostenible.

Los vehículos eléctricos, por ejemplo, utilizan baterías recargables en lugar de combustibles fósiles. Esta acción reduce las emisiones de gases contaminantes y contribuye a la mejora de la calidad del aire en las ciudades.

Además, se están desarrollando sistemas de transporte público más eficientes, como autobuses eléctricos y trenes de alta velocidad, que permiten reducir las emisiones de gases contaminantes y mejorar la movilidad urbana. 

Foto: Rosy / Bad Homburg / Germany en Pixabay

Fuentes: Naciones Unidas, Earth.org,  Foro Económico Mundial.

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