Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts lograron cultivar tejidos vegetales en un laboratorio sin tierra, ni luz solar. El experimento consistió en cultivar en un gel las células extraídas de la hoja de Zinnia (una planta floral). Luego, utilizando una mezcla de dos hormonas vegetales llamadas auxina y citoquinina, crearon un tejido rígido similar a la madera.
Tras finalizar el ensayo, uno de los científicos evaluó la composición celular y la estructura del producto final usando un microscopio de fluorescencia. Así, pudo evaluar qué células estaban respondiendo a las hormonas y cómo lo hacían. De esto concluyó que las células vegetales pueden utilizarse para producir tejidos vegetales, como madera y fibra, para un propósito en particular.
Si bien es cierto que el experimento se hizo a baja escala y que todavía hay un camino por recorrer, los investigadores dicen que es un posible punto de partida para la producción de biomateriales. De este modo, se aliviaría la carga ambiental que genera la silvicultura (sembrar árboles para talarlos) y también la agricultura.
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Más detalles de este experimento
- La variación de las hormonas auxina y citoquinina en el gel controlaba la producción de lignina que producían las células. Dicho componente, es un polímero orgánico que le da firmeza a la madera. Entonces, la variación de dichas hormonas pueden cambiar las propiedades de la madera que se crea y así hacer un material personalizable.
- En la actualidad la forma en la que se obtiene la madera y la fibra vegetal no ha cambiado en siglos. Esto, según Luis Fernando Velásquez-García, coautor de la investigación, es muy ineficiente porque toma décadas.
- Como en la impresión 3D, las propias células vegetales realizan la impresión con ayuda del gel, el cual ayuda como medio de cultivo y sirve como una especie de ‘andamio’ para las células.
- Para que la tecnología esté lista para llegar al mercado, explicó David Stern, biólogo de plantas y presidente del Instituto Boyce Thompson, se debe ampliar el enfoque del experimento. En otras palabras, necesita hacerse a gran escala. Para ello es necesario que el proyecto cuente con financiamiento y talento humano suficiente. Sobre todo, dijo Velásquez-García, porque se trata de un «territorio realmente inexplorado».
«Si quieres una mesa, entonces debes cultivar una mesa».
Luis Fernando Velásquez-García.
Imagen: MIT.