Hace dos años me terminé un libro, una novela romántica pero también muy entretenida que me dejó con una sensación deliciosa y sentí la necesidad de compartir lo que acababa de leer. Pero a mi esposo no le interesa la literatura y mi hija en ese momento no tenía ni dos años. Conclusión, no tenía nadie cerca a quién pudiera importarle.
Mi reacción fue, entonces, tomarle una foto al libro y subirla a Instagram con la siguiente nota:
Para mi sorpresa, ese post tuvo muchísima acogida entre mis amigos, así que me animé a seguir compartiendo todas las lecturas que tenía en la cabeza y tal fue mi impulso que borré todas mis fotos personales, le cambié el nombre a la cuenta y la volví pública. Desde ahí he subido más de 250 reseñas de libros.
Esa es la historia de cómo comencé a promover la lectura por redes sociales. En realidad por Instagram, una red en la que también hay espacio para la cultura. Mi intención era simplemente compartir lo que los libros me hacían sentir y así antojar a más personas a leer.
Contrario a lo que muchos piensan, la gente sí quiere leer más, pero en ocasiones no sabe por dónde empezar. Quieren romper ese estereotipo de que leer es aburrido. Algunos lectores no necesitan la más mínima asesoría, pero otros sí requieren de un poco de inspiración. Yo la necesito muchas veces.
En este camino me encontré que son muchos los que han emprendido esta tarea desde diferentes ángulos y he encontrado espacios maravillosos en la tecnología para la lectura. Les comparto a continuación algunos.
1. Promotores de lectura
Existen booktubers (en Youtube), Bookstagrammers (en Instagram), Bloggers de libros. Los hay de distintos géneros y con diferentes enfoques, por ejemplo literatura colombiana, feminista, general, infantil, etc.
2. Aplicaciones
Aplicaciones como GoodReads son buenísimas para ver reseñas de libros de personas de todo el mundo y analizar los textos desde diferentes miradas. Además, permite contabilizar las lecturas, lo que siempre es emocionante para ponerse retos personales.
3. Audiolibros
Para los que no tienen mucho tiempo de leer también existen los audiolibros y aplicaciones como Storytel.
4. Recursos para motivar a leer a los niños
Como leí por ahí: “There is no app to replace your lap” (no hay ninguna aplicación que reemplace tu regazo), aunque sí hay propuestas muy interesantes que lo complementan.
El Ministerio de Cultura tiene, por ejemplo, el portal Maguaré con contenidos muy interesantes para niños. También existen los cuentos clásicos contados en formato video en YouTube, que siempre son una buena herramienta para fortalecer el vocabulario y el interés por las historias.
5. Dispositivos de lectura
El Kindle y otros lectores son excelentes aliados de la lectura digital. También existen lugares donde se pueden descargar libros en .pdf.
6. Ferias virtuales
Por estos días tenemos ferias virtuales de libros como Serendipia y la FilBo, que tienen contenidos muy interesantes, charlas, lanzamientos, etc.
7. Bibliotecas virtuales
Las bibliotecas tienen muchos recursos digitales como revistas, e-books y otros catálogos que vale la pena revisar. Te recomiendo la del Banco de la República.
8. Clubes de lectura virtuales
Este año abrí un club físico llamado ‘Robándole el tiempo al día para leer’. Pero, con el Covid-19, tuvo que cambiar su formato. Y, aunque no es la herramienta más sofisticada, tenemos un grupo de WhatsApp en el que vamos comentando las lecturas, compartiendo contenidos interesantes y una vez al mes nos vemos por videoconferencia para discutir el libro.
Como a muchos, nos tocó adaptarnos. Hoy en día hay múltiples clubes de lectura virtuales y varias bibliotecas los promueven. Si no lo encuentras, solo te digo que es tan fácil como reunirse con un grupo de amigos interesados en los libros y organizarlo.
Imagen: Luis Quintero, vía Unsplash