La economía digital es una historia de constante evolución, cambios y transformaciones a medida que Internet dejó de ser un avance de nicho para convertirse en una herramienta clave de la vida diaria.
La digitalización está reconfigurando las industrias, creando nuevas oportunidades y cambiando la forma en que vivimos y trabajamos. Con más de 5.300 millones de usuarios de Internet en el mundo al cierre de 2024, lo que equivale al 66,2% de la población mundial, las tecnologías han abierto posibilidades de innovación para las organizaciones facilitando el acceso a bienes y servicios en un mercado de B2C (negocios a consumidor) que alcanzaría un valor de US$4,32 billones este año, según Statista.
En esa economía de unos y ceros, las compañías están adaptando sus modelos para mantenerse competitivas y desarrollar una mayor resiliencia en un mundo cada vez más incierto. Al aprovechar el análisis de datos y los modelos predictivos, las empresas son capaces de adaptarse a las interrupciones repentinas para mantener una continuidad operacional sin problemas e identificar nuevas alternativas.
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Lo mismo sucede en el contexto del B2B (negocios a negocios), donde también se hace necesaria la evolución hacia contextos más conectados para establecer modelos eficientes, costo efectivos y adaptados a lo que todas las partes del proceso están esperando. Por ejemplo, la inclusión de innovaciones en las cadenas de suministro ofrece una mayor transparencia y eficiencia, reduciendo costos y mejorando la satisfacción del cliente. Tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) y el blockchain se han integrado en los sistemas de comercio electrónico B2B para mejorar la trazabilidad y garantizar la seguridad de la información, mientras los dispositivos inteligentes y los libros de contabilidad descentralizados están revolucionado la forma en que las organizaciones interactúan y realizan transacciones.
A su vez, el uso de análisis de datos facilita la toma de decisiones estratégicas más informadas, identificando tendencias y oportunidades de mercado con mayor precisión. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que también permiten a los negocios B2B entregar un valor añadido a sus clientes, fortaleciendo así las relaciones comerciales y fomentando la lealtad.
De hecho, la era digital ha dado paso a un nuevo paradigma en el que las transacciones B2B –que dependían del contacto tradicional cara a cara– se están desplazando hacia los compromisos online.
Este cambio exige que las organizaciones renueven sus estrategias y optimicen el ‘viaje’ online de sus stakeholders, a medida que el cambio demográfico hacia una generación nativa de estos escenarios ha acelerado la demanda de experiencias omnicanal. Alrededor del 73% de los compradores B2B ahora esperan ‘hablar’ con las marcas a través de múltiples canales, incluyendo las redes sociales, para descubrir, investigar y adquirir productos.
Gracias a ello, ya vemos casos de proveedores de soluciones de software que combinan seminarios web en directo, sitios web interactivos, aplicaciones móviles y chatbots con IA para contactar con su público objetivo en las distintas fases del proceso de compra.
Y aunque las tecnologías se están abriendo camino en todos los sectores de la economía, algunos experimentarán tasas de crecimiento mucho más rápidas que otros. Hoy, se estima que el comercio electrónico B2B aumentará de los US$ 19,34 billones en 2024 hasta los US$ 47,54 billones en 2030, creciendo a una tasa compuesta del 16%, según ResearchAndMarkets.com.
El éxito del comercio electrónico ha sido impulsado en parte por la explosión de las opciones de pago en línea y la adopción de Internet móvil. De esta forma, la industria de servicios financieros es uno de los sectores clave, gracias a su papel de facilitador del comercio electrónico, y a su rol en la adaptación de innovaciones como la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos a casos de uso comercial.
En ese sentido, se estima que las herramientas basadas en IA desempeñarán un papel más importante en la optimización de procesos, la predicción del comportamiento de los individuos y la personalización de las relaciones. La automatización agilizará tareas como la gestión de inventarios, el procesamiento de pedidos y la atención al cliente, liberando recursos para iniciativas estratégicas.
En un mercado en constante evolución, avances como la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) podrían darle un vuelco a la forma en la que los usuarios experimentan los productos y toman decisiones. Las salas de exposición virtuales, las demostraciones modernas de productos y las herramientas de colaboración a distancia mejorarán el compromiso e impulsarán el crecimiento de las ventas.
Con la convergencia de las dinámicas de compra B2C y B2B, las empresas deben ser ágiles y estar preparadas para satisfacer las demandas de los involucrados con experiencias personalizadas, interacciones omnicanal fluidas y toma de decisiones basadas en datos.
A medida que avancemos, las organizaciones que prosperarán serán aquellas que no solo puedan adaptarse a estos cambios, sino que también anticipen y den forma al futuro del marketing digital B2B. No hacerlo, podría resultar muy costoso.
Por: Juan Casal, director de Telco & Empresas Digitales de Latam en Intel.
Foto: justynafaliszek en Pixabay.