IA en la salud: desafíos hacia un uso responsable

La inteligencia artificial (IA) ya está transformando el sector salud a nivel mundial. Con el 40% de las instituciones sanitarias –según datos de Intel– utilizando ya alguna forma de IA, los beneficios en diagnóstico, tratamiento y eficiencia operativa saltan a la vista.

Gracias al análisis de grandes volúmenes de datos, la IA permite identificar patrones y correlaciones que podrían pasar desapercibidos para los profesionales de la salud. Además, herramientas como la IA generativa y el aprendizaje profundo facilitan tratamientos adaptados a las necesidades específicas de cada paciente, mejorando significativamente la experiencia del paciente y del personal clínico.

En el ámbito administrativo, la IA optimiza tareas rutinarias y operativas, liberando tiempo para que el personal sanitario se concentre en la atención directa a los pacientes, mientras que en los laboratorios esta tecnología acelera el descubrimiento de fármacos y permite obtener resultados más precisos y escalables. Estos avances no solo mejoran la calidad de los servicios de salud, sino que también reducen costos y aumentan la eficiencia de los sistemas sanitarios.

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La IA con enfoque de privacidad y seguridad

El impacto positivo de la IA viene acompañado de una serie de desafíos que deben ser abordados con urgencia y responsabilidad, y que requieren la participación de diferentes actores dentro de este ecosistema.

Uno de los principales es la privacidad y la seguridad de los datos. El sector salud maneja información altamente sensible, y aunque existen avances en la encriptación y otras soluciones de ciberseguridad, el cumplimiento de normativas y la protección contra amenazas son una preocupación constante.

Además, los modelos de IA, al ser entrenados con datos que pueden contener sesgos inherentes, podrían arrojar desigualdades en los resultados clínicos. De acuerdo con expertos, es fundamental adoptar enfoques como la IA explicable, que permite identificar y corregir posibles sesgos al proporcionar trazabilidad en el funcionamiento de los algoritmos.

Las implicaciones éticas y sociales tampoco deben pasarse por alto. La introducción de la IA plantea cuestiones sobre el reemplazo de tareas humanas, la inclusión de comunidades vulnerables y la transparencia en el uso de estas tecnologías.

En este frente es crucial garantizar que estas herramientas se implementen de manera inclusiva y responsable. Como recomienda la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos en un reciente análisis, las soluciones deben partir de problemas reales y considerar las necesidades de todos los actores involucrados, desde pacientes y médicos hasta investigadores y administradores. Este enfoque permite que la IA no solo sea una herramienta innovadora, sino también un medio para promover la equidad en la atención médica.

En el mismo informe, la Academia Nacional de Medicina señala que para permitir tanto el desarrollo de la IA como su supervisión, “los organismos gubernamentales deben invertir en infraestructuras que promuevan una recopilación ética de datos y el acceso a los mismos para crear soluciones de IA, dando prioridad al uso ético y la protección de la información”. 

Superar estos desafíos requiere un enfoque integral. Es necesario fortalecer las políticas de gobernanza de datos para garantizar que las tecnologías cumplan con los estándares regulatorios y garanticen la seguridad de la información. En este último aspecto es clave que los actores encargados del desarrollo de la infraestructura y los sistemas que albergan esta información desarrollen productos con altos niveles de seguridad que, como en el caso de Confidential Computing Solutions de Intel, garanticen la colaboración y la innovación en el ámbito sanitario.

La IA tiene el potencial de revolucionar el sector salud, mejorando la calidad de vida y aumentando la equidad en el acceso a la atención. Sin embargo, esto solo será posible si se abordan de manera proactiva los desafíos éticos, sociales y técnicos. Con un enfoque responsable e inclusivo, el futuro de la salud inteligente beneficiará enormemente a toda la sociedad.

Por: Juliana Hurtado, directora de Ventas de Consumo para Latinoamérica de Intel y Country Lead de Intel Colombia. 

Foto: Tara Winstead, Pexels.

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