Una nube en la que reposa todo, desde información hasta aplicaciones y redes. Sensores que vigilan el entorno atentamente y conectados 24/7. Una inteligencia artificial que analiza cientos de miles de datos para tomar decisiones rápidas y acertadas. ¿Y si todos estos sistemas no solo hicieran bien su trabajo, sino que hablaran entre sí? Eso es, justamente, lo que está pasando en muchas organizaciones: la convergencia tecnológica.
Hoy por hoy, ya hay empresas que están viendo los beneficios reales de esta integración: desde agroindustrias que usan sensores conectados a la nube para monitorear cultivos en tiempo real, hasta entidades financieras que integran blockchain en soluciones de banca tradicional para asegurar que cada movimiento de dinero sea más eficiente y transparente.
Un buen ejemplo es el sector logístico. Algunas compañías emplean el Internet de las cosas para rastrear la ubicación exacta de productos, mientras en la nube almacenan esa información en tiempo real; ahí, mediante blockchain, registran cada entrega de una manera en la que quien entrega y quien recibe firman digitalmente un “contrato” que certifica a operación de una manera transarente e inalterable. El resultado: menos pérdidas, más transparencia y mayor satisfacción del cliente.
Otro caso interesante es el de las aseguradoras. Muchas organizaciones del sector financiero al integrar tecnologías como blockchain han podido reducir fraudes, acelerar reclamaciones y, muy importante, construir confianza con los usuarios.
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Al hablar de convergencia tecnológica no solo nos referimos a tener muchas tecnologías a la vez, sino de hacer que se entiendan y se potencien entre sí. La firma consultora Accenture habla en este sentido de que es necesario tener un ‘núcleo digital’, refiriéndose a esas plataformas básicas que le permiten a cualquier organización construir las bases de su transformación digital y proyectarse con firmeza en el mercado. “Obtener todo el valor posible de tecnologías disruptivas y enmarcadas en un núcleo digital no es solo un factor crítico de éxito, sino de supervivencia. Un núcleo digital sólido es esencial para estar preparados para la reinvención y aprovechar rápido las nuevas oportunidades”.
De ahí que podamos evidenciar que cuando el Internet de las Cosas (IoT), la computación en la nube, el blockchain, la IA, y muchas otras tecnologías trabajan juntas los resultados no solo son más eficientes, sino también más inteligentes. Porque cuando estas tecnologías se integran de manera efectiva, pueden transformar radicalmente las operaciones empresariales, mejorando la eficiencia y creando nuevas oportunidades de negocio.
La firma de investigación de mercados IDC señala que, en este 2025, una gran parte de las empresas latinoamericanas ya está inmersa en procesos de transformación digital, priorizando tecnologías como la nube, la inteligencia artificial y la modernización de infraestructura, lo que muestra, sin duda, una clara tendencia hacia la convergencia tecnológica.
Tecnología y talento: combinación ideal
No se trata de adoptar todo junto. El primer paso es entender qué necesita la empresa, qué procesos se pueden mejorar y qué tecnologías hacen sentido. Después viene la estrategia de integración, idealmente acompañada por expertos.
En Colombia ya hay ecosistemas, como los clústeres de tecnología en Bogotá, Medellín y Cali, que están acompañando a empresas en este proceso. También hay iniciativas público-privadas que buscan reducir la brecha digital y acelerar la adopción tecnológica. El terreno está dado, pero hay que moverse.
Las empresas que están liderando hoy no lo hacen porque usan solo IoT, nube, IA o blockchain. Lo hacen porque lograron que esas tecnologías hablen entre sí, se entiendan y trabajen juntas. Porque, como en cualquier equipo, lo importante no es tener talento, sino hacerlo funcionar en conjunto.
Y es en este último aspecto que la sinergia de tecnologías también debe poner atención. Tener todas estas herramientas sin saber explotarlas es lo mismo que no tenerlas (peor de hecho en muchos casos). Un elemento esencial está en formar talento capacitado, algo que en Colombia aún es un desafío. Según el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el país afrontará un déficit de hasta 200.000 profesionales TIC para este año, con una escasez marcada en perfiles vitales como integración de sistemas y arquitectura digital, necesarios para avanzar en la convergencia tecnológica.
Por eso, la inversión no puede ir solo en software o infraestructura, sino también en las personas que hacen posible esa sinergia. Universidades, empresas y el Estado deben trabajar juntos para formar ese nuevo tipo de profesional: uno que entienda de datos, de redes, de seguridad y, sobre todo, de cómo hacer que todo funcione en conjunto.
¿Y qué ganamos con todo esto? Más productividad, mejor experiencia para los clientes, decisiones más rápidas y basadas en datos, procesos más seguros… la lista sigue. De acuerdo con Accenture, las organizaciones que invierten en un núcleo digital avanzado (que incluye nube, IoT, blockchain, IA y automatización) alcanzan hasta un 60% más de crecimiento en ingresos y un 40% más de beneficios en comparación con otras empresas similares, según las proyecciones para este 2025.
Pero más allá de los porcentajes, lo que está en juego es la capacidad de adaptarse. La convergencia tecnológica es el nuevo idioma de los negocios. Y quien no lo hable, corre el riesgo de quedarse aislado.
Por: Juan Casal, director de Telco & Empresas Digitales de Latam en Intel.
Foto: Killian Cartignies en Unsplash.