Cómo la Estación Espacial Internacional ayuda al hombre, según la NASA

Rosana Serrano

, CIENCIA

La Estación Espacial Internacional es una estación modular ubicada en una órbita terrestre baja, que en colaboración con otros países, sirve como laboratorio para realizar estudios de astrobiología, astronomía, meteorología, física, entre otros campos.


Esta estación, considerada ‘uno de los logros más grandes de la humanidad’ tiene más de 20 años realizando experimentos que han ayudado a los seres humanos a avanzar como sociedad.


En esta oportunidad, la Agencia de Aeronáutica Espacial Estadounidense (Nasa) ha revelado 5 de las formas en las que la Estación Espacial Internacional está ayudando actualmente a la humanidad.

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5 maneras en las que la EEI está ayudando a la humanidad

1. Generar tecnología para el escaneo médico. Según la Nasa, cuando realizaron un estudio con el que buscaban conocer los neutrones de las estrellas, el equipo que estaba a cargo del telescopio ‘Nicer’ creó y patentó una fuente de rayos X que podía encenderse y apagarse muy rápidamente.
Esta fuente de rayos X resultó ser lo que un neurorradiólogo del Hospital General de Massachusetts necesitaba para mejorar las tomografías computarizadas.
Por esta razón, personal del Hospital General de Massachusetts y del Nicer trabajaron juntos para crear un anillo estacionario de estas nuevas y pequeñas fuentes de rayos X moduladas que se pueden montar alrededor del paciente y disparar cuando sea necesario. Usando esta técnica se pueden reducir los niveles de radiación a los que el paciente es sometido durante la toma de radiografías, lo que beneficia a los pacientes en la Tierra y a los futuros astronautas en su camino a Marte.
2. Crear nuevos medicamentos para trastornos genéticos. Un estudio realizado en EEI sobre la estructura cristalina de una proteína asociada con la distrofia muscular de Duchenne (DMD), un trastorno genético incurable, proporcionó pistas sobre los compuestos que podrían inhibirla.
Con este estudio, un profesor de la Universidad de Tsukuba, en Japón, desarrolló varios compuestos que podrían utilizarse para tratar esta enfermedad. Tal es el caso del TAS-205, que según estudios realizados se estima que puede retrasar la DMD a la mitad, lo que podría aumentar en un 50% la esperanza de vida útil de muchos pacientes, dice la Nasa.
3. Materializar investigaciones de estudiantes en la Tierra. Numerosos estudiantes de todo el mundo han enviado sus propias investigaciones la EEI, lo que ha servido para desarrollar programas como ‘Genes in space’, que se dedica a realizar experimentos sobre la secuenciación del ADN (determinación del orden de los cuatro componentes básicos químicos, llamados ‘bases’, que forman la molécula de ADN). Estudiantes en la Tierra también han enviado a la EEI un código que se utiliza para desplegar satélites desde la estación hacia la órbita terrestre baja.
4. Desarrollar brazos robóticos que pueden usarse en la fabricación de automóviles. La creación del robot de la estación espacial Robonaut condujo al desarrollo de un guante robótico de fuerza industrial. La Nasa y General Motors (GM) desarrollaron un prototipo de Robonaut y lo probaron en la estación, donde realizó con éxito tareas sencillas junto a los astronautas. Luego, el equipo reconfiguró la parte similar a una mano de Robonaut en un dispositivo portátil para ayudar tanto a los astronautas como a los trabajadores automotrices a evitar la fatiga y las lesiones en las manos. Inicialmente llamado RoboGlove, el dispositivo ahora está disponible comercialmente como Ironhand, y es producido por Bioservo Technologies de Suecia.
5. Comprender la ciencia en la vida cotidiana. Muchos de los experimentos llevados a cabo en la Estación Espacial Internacional han brindado nuevas pistas sobre algunos misterios humanos que llevan larga data. Este tipo de estudios es de gran ayuda, pues ayuda a la humanidad a mejorar la comprensión sobre cosas como la combustión o la física de fluidos, lo que puede conducir a mejoras en todo, desde la eficiencia del combustible hasta la refrigeración de los componentes electrónicos.
Cuando los investigadores del estudio Flex de la NASA analizaron los supresores de incendios mediante el estudio de las gotas de combustible en llamas, hicieron un descubrimiento sorprendente: la ‘quema’ continua a baja temperatura después de la aparente extinción de la llama.
Este descubrimiento ahora se conoce cómo ‘llamas frías’ y es un proceso de combustión distinto al de las llamas que no son suprimidas. Un ejemplo de ello es cuando nos calentamos junto a la fogata. Las llamas comunes producen hollín, dióxido de carbono y agua, mientras que las llamas frías producen monóxido de carbono y formaldehído.

Imagen: Nasa

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