Compra de tecnología de segunda mano gana relevancia en el mercado

Statista, la empresa alemana internacional de estadísticas, pronosticó que el mercado de artículos usados alcanzará los 604.890 millones de dólares a nivel mundial entre 2022 y 2031. Esta tendencia pone a la tecnología de segunda mano como un área de inversión prometedora, según indicó el presidente de Clevercel, Jorge Palacio.

El ejecutivo de la compañía, que se dedica a la venta de tecnología de segunda mano, apunta a que el repunte de este tipo de productos se debe a razones económicas y a la creciente necesidad  de acceder a tecnología a precios más asequibles.

Así mismo, la compra de equipos tecnológicos usados es consonante con la tendencia mundial de la economía circular. Se trata de un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y/o reciclar materiales y productos existentes.

TE PUEDE INTERESAR: Celulares en 2024: cámaras, poder y diseño: esto esperamos

Tecnología de segunda mano: una opción a tener en cuenta

  • Palacio indica que la preocupación ambiental y el papel de la ciudadanía en la reducción de la huella de carbono hace que la tecnología de segunda mano tome relevancia en el mercado.
  • Tradicionalmente las personas utilizan métodos de ahorro como préstamos con intereses o fondos de inversión para guardar dinero. Sin embargo, se deben tomar en cuenta los gastos emocionales y el ‘consumo emocional’ para reducir los egresos innecesarios.
  • La tecnología de segunda mano proporciona una posibilidad de ahorro sin dejar de disfrutar un producto de buena calidad.
  • La durabilidad y rápida evolución tecnológica impulsa a los consumidores a optar por equipos más sostenibles y económicamente viables.
  • La obtención de tecnología de segunda mano promueve la economía circular, reduce la necesidad de fabricación constante y disminuye la presión sobre los recursos naturales. 
  • Clevercel apunta a que  invertir en dispositivos de segunda mano es una práctica que está  emergiendo en la toma de decisiones económicas inteligentes, pero también como una hábito ético y ecológicamente consciente.

Foto: Unsplash Thom Holmes

Deja una respuesta